En una forma excepcional, desde el silencio en las calles, pero desde millones de hogares en confinamiento que como cada primero de mayo alzaban y seguirán alzando su voz reivindicando un mundo más social y con menos desigualdades. Ante una crisis sanitaria que esta conllevando ya una crisis económica que se visualiza desde algunos ámbitos como alarmante y sin precedentes, pero que desde esos millones de hogares recuerda a los responsables políticos nacionales y europeos que no podemos pagar los de siempre.
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